Durante mi adolescencia he tenido la necesidad de apartarme de los miembros de mi familia, pues me gustaba pensar, soñar con cosas imposibles y posibles, y nutrirme de conocimiento. Pero por cuestiones que escapaban de mí, me interrumpían cuando necesitaba estar solo. Buscaba yo un lugar para mí mismo, donde pudiera conectarme con mi yo más profundo. Al pasar los años, en verdad buscaba un rincón, una habitación, o un lugar como en el patio para ahondarme en mis cavilaciones. Ello me hizo un ser un poco más taciturno, y en un momento dado debía interactuar con mi entorno real, de todas formas. Continuar leyendo «Verdadero templo para escribir»