Tal como expliqué en una de las clases que tuvimos en la universidad, ya desde el paleolítico, siguiendo luego por la antigüedad, después el medioevo, el renacimiento, y posteriormente la era industrial hacia finales del siglo XIX, la tecnología impactó en el ser humano en lo referente a cosas que el hombre era incapaz de hacer por sí mismo y sin medio alguno.
Los impedimentos o necesidades fueron los que llevaron a la creación de soluciones, empezando con simples herramientas de piedra y madera, luego los metales como el cobre, el bronce, el hierro y el acero, primeramente para caza y armamento, hasta llegar luego a verdaderas máquinas como las de asedio romanas.
La Edad Media fue más bien de oscurantismo por culpa de la religión cristiana en Europa, y el poco conocimiento que quedó de lo antiguo se debió al copiado de libros hechos por monjes en algunos monasterios, siendo la verdadera revolución de las artes, matemáticas y demás, el Renacimiento, la gran era del resurgimiento del saber grecorromano.
Los árabes, aunque muy extremistas con el islam, al menos fueron más avanzados que los europeos tecnológicamente, ya que ellos traían los conocimientos de otras partes del mundo, como India, por ejemplo, y sus matemáticas y hasta el ajedrez.
Siempre el motivo de creación de algo nuevo es la necesidad o el hastío de un impedimento o dificultad, y esta necesidad o hastío genera luego el deseo, deseo que más tarde se transmuta en voluntad creativa.
Así es como surgen y se mejoran cada vez más las tecnologías, y hasta se combinan, creándose nuevas ciencias en ese proceso evolutivo de la mente humana a través del tiempo…
La informática, pues, ya como resultado que va más allá de lo industrial, genera toda una nueva era de cambio a nivel mundial, pues la informática es como un respaldo mental de las sociedades, tanto a nivel de guardado de información, como en capacidad de intelecto.
Sí, se nos avecina mentes artificiales que sean como las humanas, y hasta quizá las lleguen a superar, cosas que ya están empezando a hacer en ciertos ámbitos.
Alexander L. Samaniego
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