Moém es la primera saga que escribí, habiéndolo empezado el día sexto del décimo mes, del 1999, cuando tenía diecisiete años de edad. Al principio se trataban de textos sin conexión alguna, pero luego los fui adaptando y entrelazando hasta formar una trama lógica. El Moém lo dividí en nueve tomos, y el último capítulo del último tomo lo terminé en 2017; pero no los publiqué aún en ese entonces. El primer tomo lo publiqué recién en 2018, y como podrá notarse, los nueve tomos se escribieron en un lapso de dieciocho años. Pero, ¿qué significa la portada del primer tomo?
El primer tomo del Moém, se llama “Detrás de lo Oculto”. Cuando mostré mi libro físico a mis amigos, no faltó el que me preguntara qué significaba “Moém”. Tampoco faltó el que me dijera que mi obra parecía más bien un libro de ocultismo, y no uno de ficción. Algunos al ver la portada negra con la estrella de varias puntas, dijeron directamente “satanismo”. Pero no entendían solamente, y no los culpo. El Moém ciertamente es ficción, ciencia ficción; y, he allí, que toca temas filosóficos, psicológicos, religiosos, y hasta mitológicos. Pero no es un libro de ocultismo, ni mucho menos de satanismo. No voy a resumir acá de qué se trata exactamente, porque no quiero spoilear a quienes aún no lo han leído.
Pero lo que sí quiero hacer, para entender mejor la portada, es copiar aquí el texto de la contraportada:
Aquél que con ahínco se sumerge en el mayor misterio oculto en su propio interior, se esconde detrás de aquello ya escondido, escapando así de la realidad que tanto lo hastía.
Y cae, pues, en lo oscuro, buscando lo que no conoce; y lidiando hasta consigo mismo para intentar recuperar lo que ha perdido, despierta, sin saberlo, a la bestia que duerme en lo profundo.
Mas por su mérito se le concede, pues, las cosas que con tanto anhelo había querido en antaño.
Ese texto, refleja todo el primer tomo. Allí no se dan detalles, nombres, conversaciones, ni spoilea la obra. Sólo el que leyó en su totalidad “Detrás de lo Oculto”, podrá entender esas palabras. No obstante, con ese texto ya se puede entender el nombre de este tomo. El “misterio oculto en su propio interior” se refiere al subconsciente del personaje principal, que es considerado como algo “escondido”, porque el subconsciente no es algo que se ve a simple vista en una persona. Y conforme uno va leyendo la obra, se percata de que el personaje mismo se esconde en su subconsciente. Es decir, no se esconde físicamente, sino que su enfoque o concentración es la que esconde en su subconsciente… Ahora, ¿cómo representar gráficamente todo eso en una portada?
La portada ciertamente es un eclipse solar. Como es bien sabido, la luna tiene dos caras: una cara que siempre vemos, y la otra cara que nunca vemos, que nunca da hacia la Tierra. Lo del consciente y el subconsciente, a mí me gusta más bien representar de otras formas; pero para la portada, la luna, al tener dos caras, es lo primero que se me vino a la cabeza para representar esa dualidad mental. La cara que siempre da hacia la Tierra, la que vemos, sería el consciente; la cara que nunca vemos, el subconsciente. El enfoque mental del personaje principal, su concentración, es representado por la luz del sol.
Como ya puede notarse, e interpretando: el enfoque mental del personaje está oculto en su subconsciente. Es decir, la luz del sol da sobre la cara oculta, y la cara habitualmente visible queda a oscuras, ahora invisible a causa de ese eclipse. Con esto, el primer párrafo de lo escrito en la contraportada del primer tomo, queda totalmente descifrado. El resto de ese texto, ya es sólo la profundización en la trama de “Detrás de lo Oculto”.
Ahora bien, ¿y la estrella? Bien, la estrella no es un símbolo satanista, ni para mí representa una religión. Es una estrella de nueve puntas dentro de un círculo, con un ojo en medio de todo. La estrella de nueve puntas es conocida también como “nonagrama”, y lo mejor que se me ocurrió para elaborarla era superponiendo tres triángulos cuyas puntas estén separadas en ángulos iguales. Este símbolo lo inventé cuando quise representar a todo el Moém, ya que el Moém está dividido en nueve tomos, y cada tomo en nueve capítulos, y cada capítulo en nueve secciones (o incisos, o subcapítulos). Además, mi nombre tiene nueve letras; la suma de todas las letras de mis dos nombres y mis dos apellidos, dan veintisiete, y reduciendo los dígitos de este número, dos más siete, dan nueve. El número nueve es un número con el que me siento muy identificado. Y el Moém, al tener todas sus divisiones en nueve, como un fractal, lo quise representar con un nonagrama. El círculo para mí sería una “totalidad”, y el ojo es en realidad como mi firma, ya que ese ojo, es un dibujo que hace tiempo hice mirándome al espejo mi propio ojo.
Con esto ya hago anuncio de que todos los tomos que vaya publicando del Moém, tendrán en alguna parte de la portada mi nonagrama, porque, como ya lo expliqué, representa a toda la obra. La imagen de fondo siempre estará relacionada con el contenido de dicho tomo, así como el eclipse está muy relacionado con “Detrás de lo Oculto”; y, valga la redundancia, no todas las portadas tendrán un eclipse, sólo el primer tomo.
Mi nonagrama es lo que utilizo en mi canal de Youtube como ícono, y también en mi página web como ícono del sitio. El mismo símbolo también uso en redes sociales, aunque cambiándole quizá el color.
El nombre “Moém” es la fusión de dos palabras que inventé: mo que significa “libro”, y ém que significa “alto”. Moém, pues, viene a significar “libro alto”. ¿Por qué llamé “libro alto” a mi obra? Pues porque en su generalidad, el Moém es un relato sobre acontecimientos cósmicos que abarcan milenios de historia. El primer tomo es un tomo más bien introductorio, y sólo habiendo entendido dicho tomo, podrán entenderse los tomos siguientes.
Alexander L. Samaniego
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