«Los seres conscientes poseen la capacidad de moldear su entorno, por ello es sumamente fundamental que cada acto de ellos esté regulado por principios. Sólo teniendo principios plenamente éticos y globales, se favorecerá a la tendencia de orden del Todo. Por tanto, ante todo acto volitivo, al no tener principios, favorecemos el caos, y no el orden. Debemos identificar si nuestras decisiones siguen el curso del caos, o el fluir del orden.»